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Julen Guerrero.
«Quería hablar con Julen Guerrero antes de morirme»
sentimiento rojiblanco

«Quería hablar con Julen Guerrero antes de morirme»

Txano 'El León' es un canario con alma rojiblanca que ha convertido su hogar en un museo dedicado al Athletic. El mediapunta le sorprendió esta semana con una sentida llamada

Eider Burgos

Martes, 10 de enero 2017, 11:34

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Los de Bilbao nacen donde quieren y los del Athletic también. Incluso a más de 2.000 kilómetros. Como Txano 'El León', un vecino de Gáldar, un pequeño pueblo de Las Palmas, que desde hace 50 años levanta en su propia casa un auténtico museo dedicado al conjunto rojiblanco. «El Athletic es más que una familia, más que un sentimiento. No puedo explicarlo con palabras. Es mi vida, mi alma, mi motor. Moriría por ir a San Mamés».

Emiliano Benítez, que así se llama realmente, acumula en su hogar todo tipo de objetos dedicado al club de sus amores -«las peñas que vienen me dicen que no han visto nada igual»-; el club del que quedó prendado a los cinco años cuando le regalaron la equipación de José Ángel Iribar: «Por entonces jugaba descalzo, porque éramos pobres, solo de portero, no servía para jugar 'palante», recuerda el canario en una entrevista concedida esta semana en el programa radiofónico 'El Larguero'.

El legendario arquero del Athletic es uno de sus ídolos. «Un amigo», define, que se ha comportado como tal desde su primer encuentro hace 25 años. Su otro favorito, el mítico Julen Guerrero, al que no quiso perder la oportunidad de felicitar en directo coincidiendo con el cumpleaños del exjugador el pasado 7 de enero. No sabía el bueno de Txano que el regalo, en realidad, se lo llevaría él, cuando el mismo mediapunta se puso al teléfono.

«¡No me digas!», exclamó el hincha rojiblanco, que poco tardó en romper a llorar: «Quería hablar con Julen Guerrero antes de morirme», aseguró emocionado, para seguir alabando la figura del de Portugalete, a quien le tiene reservado gran parte de su museo casero.

Ojalá, se lamentaba Txano, conocerle en persona en la mismísima Catedral. El canario, sin embargo, sufre un trástorno crónico severo de agorafobia que le impide salir de casa para viajar hasta el estadio del Athletic.

¿Y si te duermen?

Voy esta noche mismo, ¡y que no me traigan! Moriría allí.

Los artífices de la sorpresa, sus dos cachorros, Aitor y Nelson, que como su padre visten «corazón rojiblanco». El primero vivió sus primeros quince días de vida sin nombre, mientras su padre le buscaba uno vasco; el segundo, se lamenta de no haber corrido la misma suerte, bromea. Guerrero ha sido el digno regalo de Reyes para quien les enseñó antes a cantar «¡Athleeeeeetic!» que a decir 'papá' y 'mamá'.

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